Hubo una vez un bosque
Durante miles de años en la Sierra de Gádor creció un espectacular bosque mediterráneo, pero a finales del siglo XIX una industria minera destruyó ese bosque al utilizar sus arbustos y árboles como combustible para fundir los minerales que extraían de sus minas, originando de manera inmediata una batería de impactos ambientales negativos que todavía están afectando a la sociedad actual que reside a los pies de esta sierra, destacando entre esos impactos la escasez de una biodiversidad que podría ayudar con más eficacia a luchar contra las plagas que afectan a la agricultura, está originando una menor recarga de agua en los acuíferos subterráneos en comparación con siglos pasados, una menor recarga que a su vez está acentuando la paulatina salinidad que están sufriendo esos acuíferos por la intrusión del Mar Mediterráneo o …..
Riada de 1907 en la ciudad de Málaga
Y hubo otras riadas más: las de 1905, 1902, 1901, 1786…. La riada de 1907 se produjo sin que hubiese caído una sola gota de lluvia en la ciudad de Málaga, por lo que cogió totalmente desprevenida a su población, ya que las lluvias cayeron en el curso superior del río Guadalmedina, llegándose a formar en ese río una avenida de agua que al final de su curso alcanzaba unos cinco metros de altura, que aparte de agua, también transportaba lodos y piedras, lo que incrementó aún más sus efectos devastadores sobre la ciudad, segando la vida a 21 personas, además de causar muchos heridos y cuantiosos daños materiales.
¿Y por qué la ciudad de Málaga ha ido sufriendo ese histórico de riadas?
Los Montes de Málaga es una estribación montañosa que se encuentra a unos cinco kilómetros de la ciudad de Málaga y hasta el siglo XVI también contaba con otro espectacular bosque mediterráneo, pero a partir de ese siglo se inició la tala de sus árboles para implantar sobre todo cultivos de vid, unas vides que posteriormente fueron abandonadas a finales del siglo XIX por el ataque de la filoxera (un hongo patógeno), quedando finalmente el suelo con tan escasa vegetación (¡la historia se repite!) que ésta ya no podía ejercer su defensa natural contra las fuertes tormentas de lluvias, especialmente con las denominadas “gota fría” o ciclogénesis explosiva que se caracterizan por dar lugar a unas lluvias de 200 litros/m2 en menos de dos horas…, y el problema es que este tipo de lluvias suelen ser muy habituales en las costas mediterráneas españolas, Comarca del Poniente de Almería incluida.
¿Y cómo se ha logrado reducir el número de riadas en la ciudad de Málaga desde 1907?
Pues muy fácil, haciendo que los árboles “vuelvan otra vez a casa”, y eso se consiguió con una reforestación de tan solo 5.000 hectáreas en los Montes de Málaga, una labor que se inició en 1930 y continuó hasta 1950.
Inicialmente los árboles plantados fueron mayoritariamente el pino carrasco (Pinus halepensis), que una vez crecidos han facilitado la posterior aparición de especies botánicas que eran propias de aquel bosque primigenio como son las encinas (Quercus rotundifolia), los quejigos (Quercus faginea), los alcornoques (Quercus suber) o los algarrobos (Ceratonia siliqua), así como la llegada de una fauna también propia de aquel extinto bosque como jabalíes (Sus scrofa), zorros (Vulpes vulpes), camaleones (Chamaeleo chamaeleon) o distintas especies de murciélagos.
¿Y cómo puede un bosque minimizar los riesgos de riadas?
También muy fácil de explicar, las hojas de los árboles evitan que las gotas de lluvia golpeen directamente al suelo, además de reducir su velocidad de caída, consiguiendo que la erosión sobre el terreno se minimice, mientras que las raíces contribuyen a que el suelo absorba una mayor cantidad de agua con respecto a si ese suelo estuviese carente de vegetación, además de canalizar un alto porcentaje de las lluvias directamente hacia los acuíferos subterráneos, consiguiendo en su conjunto que las aguas discurran laderas abajo más lentamente y con un menor caudal, reduciéndose así los riesgos de riadas catastróficas.
¿Ha habido riadas en la Sierra de Gádor?
Si investigamos un poco en la hemeroteca comprobaremos que desde la Sierra de Gádor partieron varias riadas catastróficas, por ejemplo, las riadas de Adra en los años 1862 o 1873.
En los años 80 del pasado siglo escuché relatos orales de ancianos pastores que aseguraban que a principios del siglo XX hubo unas lluvias torrenciales que, si bien no causaron daños personales ni materiales (ya que lo único que había en la Comarca del Poniente de Almería en esos tiempos era una espectacular pradera mediterránea en donde los artos, Maytenus senegalensis, era la especie botánica emblemática del territorio), si dieron lugar al surgimiento de unos enormes lagos en las hondonadas que se encuentran en la localidad de Las Norias, ¡pudiéndose incluso cruzar en barca!, y es que el problema de las riadas se agrava en este lugar por el peculiar discurrir de algunas de sus ramblas, ya que en la zona central del piedemonte (o glacis) las ramblas no desembocan en el mar, sino que desembocan precisamente en esas hondonadas, lo que facilita la formación de esos extensos lagos, unos lagos que a su vez contribuyen a la recarga del acuífero subterráneo superior.
Pero solo hace falta echar una ojeada a la zona central de la ladera sur de la Sierra de Gádor para observar la presencia del Cañón del Águila, una imponente y profunda hendidura que nos está informando visualmente, y de forma inequívoca, que aquí las avenidas de agua han debido de ser descomunales en el pasado… y pueden volver a repetirse, solo que esta vez en ese piedemonte vive una población en torno a 250.000 personas y nos encontramos con unas 30.000 hectáreas de invernaderos de plástico.
Reforestar la Sierra de Gádor, el mejor seguro anti-riadas
Actualmente el porcentaje de reforestación en la Sierra de Gádor está en torno al 15-20% de su superficie, una cifra escasa para poder minimizar con eficacia los riesgos de riadas catastróficas, una cifra que a su vez se ve agravada porque la mayoría de esa reforestación se realizó con pino carrasco, una especie botánica que por sus altos contenidos de resinas contribuye a la aparición de incendios tras, por ejemplo, una tormenta eléctrica, volviendo otra vez la deforestación a hacer acto de presencia…, pero es un buen comienzo para que en este siglo XXI la reforestación TOTAL de la Sierra de Gádor con otras especies botánicas pueda ser una realidad y consigamos el mejor seguro anti-riadas para la Comarca del Poniente de Almería…. ¿te animas a contratar este seguro, tal como ya lo contrataron en el pasado nuestros vecinos malagueños con la reforestación de sus Montes de Málaga?
Montes de Málaga, ¡un viaje al futuro de la Sierra de Gádor!
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