Desde hace miles de años en la Sierra de Gádor vivía un espectacular bosque mediterráneo, pero a finales del siglo XIX se utilizó prácticamente TODA su masa forestal como combustible para fundir el plomo que extraía una industria minera que, obviamente, tenía una nula RSC, provocando con esa actuación unos impactos negativos de tal magnitud que todavía están perjudicando a la sociedad actual y, si no lo remediamos, también seguirá afectando a las futuras generaciones.
Algunos de esos impactos negativos fueron la de reducir drásticamente la biodiversidad local (que hoy en día nos sería muy útil para potenciar aún más el Control Biológico que se está llevando a cabo en el exterior de los invernaderos que se extienden a los pies de la ladera sur de Sierra de Gádor ), no tener una masa vegetal suficiente que pueda frenar los efectos de una riada catastrófica que provenga de las cumbres de estas montañas cuando sobre sobre ellas caiga una “gota fría” (o ciclogénesis explosiva) o la de disminuir el volumen de recarga a unos acuíferos subterráneos que actualmente son la principal fuente de suministro de agua para los invernaderos de la Comarca del Poniente de Almería, unos acuíferos que a su vez necesitan de forma urgente un aumento de su recarga para reducir su cada vez mayor salinización… En próximos artículos abordaremos con más detalle esos impactos negativos, así como sus propuestas de solución desde BIOSUR EN ACCIÓN.
Y una de las especies botánicas que plantamos en esa reforestación fue el Ciprés de Cartagena (Tatraclinis articulata). Se trata de unos árboles que son muy resistentes a la sequía y que les gustan los terrenos soleados y calizos, además de ser capaces de rebrotar tras un incendio, algo que les hace ser muy aptos para plantar en la Sierra de Gádor, ya que sequía estival, un buen número de horas de luz, suelos calizos e incendios son precisamente algunas de las peculiaridades que caracterizan a esta sierra.
Históricamente este árbol ha sido muy apreciado por diferentes culturas de la antigüedad como fueron la romana, la cual apreciaba enormemente su madera por las excelentes cualidades que exhibían, ya que es resistente a la vez que ligera, además de mostrar visualmente una enigmática belleza y ser muy aromática, por lo que fue muy utilizada para la construcción de muebles (y por los cuales la alta sociedad romana pagaba auténticas fortunas) o la cultura árabe, que la utilizó, entre otras construcciones, para la techumbre de la Mezquita de Córdoba.
El Ciprés de Cartagena es un endemismo íbero-africano (lo que significa que solo crece a nivel mundial en este entorno geográfico que rodea al Mar Mediterráneo), estando ya presente en este planeta desde el periodo del Mioceno tardío (hace unos 11 y 5 millones de años atrás). Actualmente solo crece de forma silvestre en el norte de África (sobre todo en los montes del Atlas de Marruecos, en donde se les conoce como Araar), Malta, Chipre, Región de Murcia (principalmente en torno al Campo de Cartagena, de ahí su nombre en España) y Parque Nacional de Doñana… ¿Y en la provincia de Almería?
En nuestra provincia se ha encontrado madera carbonizada de Tetraclinis articulata con una antigüedad de 3.200-2.220 años a. C. en el yacimiento arqueológico de Los Millares (municipio de Santa Fe de Mondújar) que se encuentra a escasos 4 km de la Sierra de Gádor…, por consiguiente, es totalmente razonable pensar que ejemplares de Tetraclinis articulata ya crecían en esa época en la Sierra de Gádor, siendo cortados por la cultura calcolítica de Los Millares para fundir el cobre que igualmente también extraían de esta cercana sierra… ¡¡podemos comprobar que historias de fundiciones de mineral que arrasaban con los bosques que les rodeaban se han repetido varias veces a lo largo de la historia!!
En el pasado siglo XX se hicieron reforestaciones en la Sierra de Gádor con ejemplares de Cipreses de Cartagena, siendo un proyecto auspiciado por Universidad de Murcia ante el temor de que un incendio en la Comarca de Cartagena acabase con los últimos Cipreses de Cartagena en España.
… y en este año 2022 hemos contribuido con más de 40 participantes a realizar su primera reforestación en el siglo XXI… Tetraclinis articulata: ¡bienvenidos otra vez a casa!
*Diferencias entre repoblación y reforestación: repoblación es plantar especies botánicas en terrenos en donde históricamente nunca han estado en él (caso de un desierto), mientras que reforestación es plantar especies botánicas que sí estuvieron presentes en ese terreno en un pasado cercano y que posteriormente desaparecieron, por ejemplo, a causa de un incendio.
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